Ponernos en contexto sobre lo que vamos a vivir durante la semana

En el momento inicial, nos introduciremos en el contexto que vamos a vivir, creando una experiencia de grupo y personal.

Se trata de una bienvenida muy especial y una dinámica para hacer individualmente y compartir en grupo.

El material estará disponible en esta web en la semana de antes de la actividad, para que quienes acompañan la actividad puedan prepararlo.

Se trata de abrir los ojos y detectar situaciones de necesidad, vulnerabilidad o desconsuelo en nuestra realidad local. ¿Dónde se necesita ayuda? ¿Quién la puede necesitar? Es un buen momento para sumar fuerzas sociales y eclesiales.

Proponemos dedicar la mañana o la tarde (según cada lugar) a estos Gestos de Consolación, de forma presencial donde sea posible o online.

Algunos ejemplos que puedes buscar en tu localidad:

• Clases de repaso online a niños y adolescentes vulnerables con necesidad de reforzar contenidos.

• Llamar por teléfono y acercarnos a personas mayores que vivan solas.

• Enviar mensajes de ánimo a residencias u hospitales.

• Repartos de comida a Familias necesitadas o colaborar a través de los Bancos de Alimentos.

• Buscar iniciativas de Cáritas, Cruz Roja u otras entidades en las que podamos colaborar

• Echar una mano en comedores sociales.

• Voluntariado Medioambiental, en playas o montañas de nuestra localidad.

• ¿Qué mas se te ocurre? ¡Busquemos esas realidades en las que podamos colaborar en nuestra localidad!

La propuesta de la actividad tiene su origen en unos textos que hemos creado, inspirados en el contexto histórico que vivió la Madre y utilizando textos escritos previamente.

Es importante que sepamos y que transmitamos a los grupos que no se trata de historias reales, sino que son relatos inspirados en hechos reales, pero no todas las personas que salen en ellos existieron tal y como aparecen en los textos con un nombre y unos apellidos concretos. Sin embargo, hemos intentado en todo momento ser fieles a las fuentes históricas que han llegado hasta nuestros días sobre la vida de la Madre, basándonos en los libros en los que las Hermanas de la Consolación han recogido la vida de la Madre y de las primeras Hermanas.

También nos parece importante que los grupos conozcan unas pinceladas del contexto histórico de la época, de la realidad que vivió la Madre.

“La situación política en España es convulsa e incierta. Tras la invasión napoleónica (1808-1813) y la restauración fernandina (1813-1820), desde 1820 hasta 1823 se establece un régimen liberal. Sin embargo, a la muerte de Fernando VII, y para el resto del siglo, España estará enfrascada en las guerras de sucesión: don Carlos contra doña Isabel. Una lucha que refleja, en definitiva, el conflicto entre dos tendencias: conservadores y liberales. Se podría, por tanto, afirmar que el siglo XIX es el siglo de las revoluciones. De hecho, en España se llegan a contabilizar «ciento treinta gobiernos; nueve constituciones; tres destronamientos; cinco guerras civiles; decenas de regímenes provisionales; y un número casi incalculable de revoluciones que, provisionalmente, podemos fijar en dos mil». Con tantos avatares, y de tan gran calado, es presumible sostener que en este ambiente resultara difícil mantenerse al margen de lo social. Es más, la Iglesia vivió en primera persona las consecuencias de esta nueva mentalidad”

Sabemos que las guerras conllevan una gran cantidad de pérdidas humanas y de recursos materiales que empobrecen a la población pues no hay suficiente mano de obra para el campo y esto implica la escasez de alimentos y de otros bienes necesarios para el bienestar social.

Entre las revoluciones que tuvieron lugar en tiempo de Mª Rosa Molas y que ella vivió de modo muy cercano, hemos de considerar también las persecuciones religiosas. Los conocidos como “motines anticlericales de 1835 fueron unas revueltas contra las órdenes religiosas en España, fundamentalmente por su apoyo a los carlistas en la guerra civil iniciada tras la muerte del rey Fernando VII a finales de 1833, y que se produjeron durante el verano de 1835 en Aragón y, sobre todo, en Cataluña, dentro del contexto de las sublevaciones de la Revolución liberal española….”

Al finalizar los gestos de Consolación os proponemos tener un sencillo momento de oración con tus compañeros.

Cada día enviaremos unas pautas sencillas para que podáis hacerlo en un lugar tranquilo, como un parque, una parroquia, una sala donde hagáis los gestos de Consolación...